VÉRTIGO

Llegado el momento de la partida me sentía emocionalmente imparcial. Atrás había quedado toda una cascada de emociones que me desbordó durante días. Todo tipo de sentimientos. Desde el miedo y la congoja hasta la emoción y el entusiasmo, pero incluso cuando estaba sumido en ese torbellino emocional seguía maquinando el proyecto que en unas semanas vería la luz.

Incluso cuando sólo restaban unos pocos días para emprender el viaje a Australia, parecía como si mi mente se hubiera cruzado de brazos y se negara a seguir preocupandose por algo. Aunque debo reconocer que hubieron momentos, sobretodo el último día, en los que me producía tanto vértigo el largo viaje que tenía ganas de quedarme en mi casa tranquilo, viendo una película, tapado con una manta y sin complicarme la vida... supongo que por la seguridad que ofrece lo que uno ya conoce.

Lo más que me ayudó, y siempre agradeceré con todo mi corazón, fue tener la suerte de estar rodeado de personas que me respaldaron y animaron en todo momento. Amigos y familia cuyas palabras, avaladas con miradas sinceras, me ofrecían seguridad y tranquilidad.

Y de esta manera, cargado con una mochila y dos maletas me embarqué en la que probablemente se convertirá en la mayor aventura de mi vida...





4 comentarios:

  1. Menudo cambio.....suerte con la nueva andadura.....

    ResponderEliminar
  2. Ni de coña esta sera la gran aventura de tu vida, conociendote como te conozco se que te quedan muchas aventuras mas por hacer.
    Que no te quepa duda!!!

    ResponderEliminar
  3. Eyy. Te lo estas currando. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Maravilloso Abel, el paso que estás dando... donde va a parar esto...????

    ResponderEliminar