ROAD TRIP - Chapter II, 02/02/14 - BAILANDO CON LOBOS, NADANDO CON DELFINES

BAILANDO CON LOBOS, NADANDO CON DELFINES

A la mañana siguiente me levanté a las 6am, desayuné y fui a dar una vuelta por los alrededores. Vi algún que otro canguro y dos cabras que pastaban por la zona. Me parece que también vi un wallaby pero no sé bien bien distinguirlos así que diré que otro canguro algo diferente. Vi un mirador que había cerca y volví al coche a esperar a que se levantaran las chicas.


A las 9am se pusieron en pie y mi hermana llamó a la policía para que vinieran a sacarnos de la arena. A la media hora se presentó un todoterreno con dos hombretones con cara de mala leche, barbas enormes y descuidadas y barriga cervecera… o estaban de nueve meses. En dos segundos ataron el coche a su super 4x4 y sacaron nuestro coche de la arena de un tirón. Sin tonterías. 


Los acompañamos a la ciudad,  o más bien nos “escoltaron” ellos, porque parecía que nos seguían del rollo “que no se den a la fuga” y la verdad que son los típicos tíos con los que no quieres tener problemas. Y allí my sister saldó las cuentas. Compramos algo de comida y paseamos por el pueblo de SHARK BAY. Es una calle larga, costera con algún bar/cafetería en la zona pero nada más. Por supuesto como ya comenté en la anterior entrada, no hay tiburones… 




Luego tomamos un café y nos dirigimos hacia el camping de Monkey Mia (se pronuncia Mónqui Máia), a 27km de distancia. A los pocos metros de salir de Shark Bay vi atravesar la carretera un varano bastante curioso (Varanus sp.). Que mis colegas Abraham Mencía y Alejandro Ibáñez lo identifiquen que pa´ eso son reptilólogos (herpetólogos se hacen llamar.  Ahora que lo pienso parece que estudiaran herpes ¬¬, mejor no digo nada que entomólogo no sé ni a qué suena).


En el camino vimos un Emú en medio de la carretera. Paramos el coche y sacamos fotos y videos. Yo estaba super privado. El pajarraco es enorme y parece que no tiene muchas luces. Su visión es limitada y el pobre con el pedazo de cuello que tiene no es que pueda hacer mucho. El Emú común (el único que existe en la actualidad) sólo se encuentra en Australia, es un ave no voladora y la más grande después del avestruz.

 
Ésta en concreto se estaba comiendo un lagarto enorme que habían atropellado.  Y parecía un pez más que un lagarto… Se trataba de Tiliqua rugosa (aquí los llaman “lengua azul”) uno de los lagartos pertenecientes al grupo de Blue tongued skink que engloba algunos géneros de reptiles australianos.

El camping de Monkey Mia es una pasada (Monkey Mia Dolphin Resort). Pagas 8$ (que son 5.25eur) para entrar al camping o a hacer una visita y luego si quieres pasar la noche pagas 15$ (que son menos de 10eur/persona) y merece la pena. Tiene duchas, cocina con neveras, sandwicheras, tostadoras, barbacoa, fogones, y acceso a la playa en 30 segundos, donde te esperan algunas sorpresas que jamás imaginarías. 



La zona de acampada es un jardín super guapo y está repleto de Emúes!!! Tantos que al final eran pesados, eran como las palomas en España. Y encima son super entrometidos. Meten la cabeza en el todo lo que haces, y desde que abres el coche tienes medio Emú dentro. Además no se cortan una pluma en picotearte la comida. A mí casi me roban un pan de molde pero los espanté como pude. 



A ver quién les dice nada con lo grandes que son. La gente los intentaba ahuyentar pero los bichos los miraban como diciendo “yo estaba aquí antes que tú y sabes que en un cuerpo a cuerpo no tienes nada que hacer!”. Pero bueno, son inofensivos y yo los harté a Pringles y galletas que tenía por ahí. 

Aquí se ve como se meten en la cocina...

En la playa hice paddle board y además…  redoble de tambores… nadé con delfines. Sí señor! Así de fácil! Son delfines salvajes que vienen a la playa porque por las mañanas (tres veces) los dueños del resort los alimentan siguiendo las normas de conservación del departamento de WA. Y luego los delfines se pasean por la costa, de un lado a otro, jugando con la gente y cazando peces que hay por ahí. No debes tocarlos pero es una pasada cuando te vienen y pasan a milímetros de ti. Es asombroso, irrepetible e inolvidable.




Una cosa que jamás había visto, y para ser franco me acabo de enterar ahora haciendo el maquetado de las fotos, es a un pelícano cogiendo olas...

La casualidad es que nos encontramos en el camping con unos chicos franceses que Katy, la princesita, conoció en el backpackard donde se hospedó en Perth, así que no hicimos colegas de viaje, junto con una pareja de canadienses de unos treinta y tantos que también estaba por ahí. Cenamos juntos y el chico canadiense resulta que estuvo años en la armada de su país sirviendo como enfermero en varias guerras y nos contó cada cosa que se podría escribir un libro. Mi hermana (enfermera) y él estuvieron hablando durante horas de formas de cauterizar heridas con diferentes métodos, cada cual más extravagante y asombroso. 



A la tarde, casi a las siete nos fuimos todos a la playa a ver el atardecer.


A parte de emús, también había cabras salvajes. Una familia en concreto compuesta por su respectivo padre, madre y cuatro pequeños cabritos se pasaron toda la mañana corriendo y jugando alrededor de mi tienda… Gritaban y cuando los mirabas se echaban a correr. Fuerte panda de cabrones! (véase sexta acepción de la RAE)





2 comentarios:

  1. que guapo......los delfines..pero esas PALOMAS si las cojo.....a tortas con ellas.....

    ResponderEliminar
  2. jaja, a ver si te atreves... Te sacan un palmo chacho...

    ResponderEliminar